La actriz que dio a luz a Felipe en el Sanatorio Los Arcos, habló por primera vez de su nueva experiencia como madre a los 43 años y confesó que “es como un abuelazgo esto, estamos haciendo todo lo que no hay que hacer, lo metemos en la cama, está todo el tiempo a upa, está todo el tiempo atendido por nosotros”. “Alguien va a tener que poner los límites por ahí es el hermano mayor, alguien lo tiene que hacer”, bromeó en diálogo con La Once Diez/Radio de la Ciudad.
 
Flor Peña señaló que “esta maternidad me cambió groso, y me dio una regresión a cosas que yo había dejado atrás”. “Estoy metida para adentro, enamorada de mi hijo, ya pasé por dos chicos, mis hijos están grandes y pasé por grandes etapas”, reflexionó en este sentido sobre ser madre a los 40.
 
En este sentido admitió que “estoy en un momento en el que ya elijo mucho dónde quiero estar, también estoy más grande, Ramiro es primerizo, y ya no dormir es más complejo que antes”. Recordó entonces que “cuando tuve a Toto no dormía e iba a grabar sin dormir, pero ahora no duermo y soy un ente, no puedo hacer nada”. “Igual estoy enamoradísima de mi hijo y no me interesa nada más”, destacó durante el ciclo radial Por Si Las Moscas.
 
Asimismo, la actriz habló de su tercer hijo, ya que ya era madre de Tomás de 14 años y Juan de 9. Se refirió entonces a su marido, el abogado salteño, Ramiro Ponce De León, que con Felipe fue padre por primera vez: “Al ser primerizo estaba re atento a mí, entonces me pude relajar un montón y me sentí muy contenida”.
 
Así, expresó que “es un poco de todo lo que siento, porque con mis otros embarazos estaba en etapa de construcción de mi misma, pero con respecto al laburo ahora, es como que todavía me estoy construyendo”. “Estar en el candelero o no estar no es algo que me importe”, destacó. E indicó que “me tomo todo con más calma, hago lo que me gusta e intento llevar adelante mi profesión sin la presión de tener que ir subiendo escalones”. “Para lo único que me exijo es para hacer cosas nuevas que es algo que me hace bien”, enfatizó.
 
Por último habló de la manera en que educa a sus hijos y explicó que “yo recibí una educación muy rígida, muy ortodoxa, y la verdad que hasta que fui mamá nunca supe cómo iba a ser”. “Pero veo a mis hijos, son todos distintos, todos necesitan algo diferente de mí, y me siento tan solo una guía para ellos, hablamos de todo y respeto mucho lo que quieren y lo que me cuentan”, concluyó.