Se sabe que la tv abierta está pasando por uno de sus peores momentos en materia de audiencia. La migración a las plataformas de streaming, sumado a las pocas propuestas que hay, provocaron que sea cada vez menos la gente que se sienta frente al televisor para disfrutar de un determinado programa.

El encendido televisivo en 2017 volvió a bajar: fue de 23,1 puntos de rating promedio. Si tenemos en cuenta que en 2016 el encendido marcó un total de 26,1 puntos, la televisión abierta perdió en tan sólo un año más del 10 por ciento de audiencia.

Es cierto que el rating minuto a minuto o el promedio al día siguiente ya no representa la totalidad de la audiencia que mira los programas en tv. En EEUU Nielsen, la medidora oficial, ya no informa los promedios al día siguiente. El resultado de la audiencia de cada programa se promedia entre lo visto en vivo, el impacto en redes sociales y el visionado posterior de por lo menos una semana (los famosos clicks de las webs).

La proliferación de pantallas ha contribuido al aumento del consumo de medios y si bien casi la totalidad de la población posee al menos una pantalla de TV para mirar contenidos audiovisuales, el 67% tiene dos pantallas (TV + Smartphone), el 45% dispone de tres pantallas (TV + Smartphone + Notebook) y el 4% posee cuatro pantallas (TV + Smartphone + Notebook + Tablet).

En esta nueva era de medios tradigitales, Kantar IBOPE Media Argentina comenzó a medir el visionado diferido (time shifted viewing) desde el mes de Diciembre, incorporando al rating el visionado de los programas que se realiza hasta 7 días posteriores a la emisión en vivo. Este avance dará paso a la medición de la “televisión extendida”, que será realidad el año que viene. Desde comienzo de este año, se miden los contenidos televisivos en vivo y en diferido en todas las plataformas y lugares: televisor, smartphone, tablet y notebook.