Úrsula Corberó está de vuelta en Netflix con una miniserie que promete mucho: “El Cuerpo en Llamas”, que está disponible en la famosa plataforma de streaming desde el pasado 8 de septiembre. Sin embargo, no todos saben que hubo un intento para que la producción no viera la luz.
La producción es el relato de un caso real. En 2017, el cadáver carbonizado de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona fue encontrado dentro de un auto quemado en el pantano de Foix. Sin embargo, la investigación no tardó en identificar a algunos sospechosos, entre ellos, su pareja y el amante, ambos también agente de la Guardia.
La famosa Úrsula Corberó se pone en la piel de la novia de la víctima, la agente Rosa Peral, en tanto que Quim Gutiérrez y José Manuel Poga cierran el triángulo amoroso, como Albert, el amante de Rosa y Pedro, el agente asesinado. El caso, que conmocionó a Barcelona, se hizo profundamente mediático. El hecho de que los sospechosos y la víctima formasen un triángulo amoroso lleno de deslealtad y que los tres fuesen policías, llamó la atención de la prensa e impactó por completo a la opinión pública, dando lugar a un juicio paralelo, el de la sociedad, en el que salieron a la luz todos los trapos sucios. Ambos fueron condenados a 25 y 20 años de cárcel.
Sin embargo, si bien la serie ya se encuentra disponible en Netflix y, posiblemente, se convierta en un éxito. Varios meses informaron que Rosa Peral solicitó el secuestro de la serie hasta poder visualizarla personalmente, para determinar si vulneraba su derecho al honor y la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, tanto el suyo como el de sus hijas, y, de ser así, emprender acciones legales contra la productora y Netflix. Pero, por el momento, todo sigue adelante.