Laurita Fernández está en el centro de la escena y lo sabe. Esa eximia bailarina que alguna vez debutó en la pista de «Showmatch» con todos los sueños por cumplir, hoy se posiciona como la figura de la que todos hablan en el reality de Marcelo Tinelli.

Llegó al Bailando de casualidad acompañando a amigas en un casting abierto de más de cinco mil chicas y el destino decidió por ella. Brilló en la pista como pocos hasta ganar el campeonato y hoy consiguió la silla de jurado.

Laurita es el blanco de los ataques de todos y todas, cualquier participante sabe que hablar de ella le da minutos de aire en cualquier programa de tele. Su madre, su pareja, sus vecinos y hasta sus ex son motivo suficiente para poder generar una polémica que puede durar días enteros.

Mientras tanto a fuerza de trabajo, la bailarina se instaló como la jurado que más brilla dentro del certamen, por su precisión en las devoluciones y porque además, de un tiempo a esta parte, decidió meterse en el barro y no dejar pasar una.

Pero su carrera no termina en Showmatch, llegó a Combate para quedarse, protagonizará Sugar en Mar del Plata y conduce la segunda mañana de Vale. Laurita entendió el juego y sabe jugarlo, es picante, polémica, sabe de baile y por sobre todas las cosas tiene talento.

Alguna vez se le cuestionó la falta de estelaridad para ser parte del jurado del Bailando, pocos meses después se convirtió en el centro de la escena y no hay programa en donde no se la mencione. Sin lugar a dudas, Laurita Fernández se convirtió en un nuevo modelo de estrella, estrella 2.0.