La 71ra entrega de los premios Tony tuvo como presentador, por primera vez en su historia, a Kevin Spacey. El actor se permitió jugar durante toda la ceremonia con chistes y chicanas sobre su persona, sobre Trump e incluso personificó al presidente Frank Underwood famoso por su protagónico en la serie «House of Cards».

Cuando llegó el turno de la última terna, la de mejor musical, mientras el protagonista de «Hamilton» iba a anunciar el rubro el personaje de Francis, acompañado de Robin Wright en su papel de Claire, bromearon sobre la cantidad de agradecimientos que había hecho Bette Midler minutos antes.

Para la crítica especializada el desempeño de Spacey no fue el mejor, comparándolo con algunos presentadores anteriores, en especial James Corden el año pasado. La apertura, a diferencia de otros año, giró alrededor del conductor y las dudas de ponerle al frente de la ceremonia. No covencieron sus imitaciones de Bill Clinton o Johnny Carson.

2017 será recordado por ser la noche de “Dear Evan Hansen”, por el extenso discurso de Bette Milder que llegó a hacer callar a la orquesta y por un conductor que para muchos pasó sin pena ni gloria.