Katie Holmes y Tom Cruise mantuvieron una relación desde 2006 a 2012 y fruto de ese vínculo nació su hija Suri. Desde que la actriz presentó por sorpresa la demanda de divorcio, Cruise decidió no tener más contacto ni con ella ni con su hija.
Luego de la separación acordaron que Katie Holmes no podía hablar del actor en un periodo de cinco años, ni podía salir con otro hombre públicamente en ese tiempo. De incumplir este contrato, no recibiría los 5 millones para ella y los 1.8 millones que le corresponden a su pequeña Suri.
Pero el protagonista de “Misión Imposible” tomó la decisión de alejarse de Suri, hecho que le valió la crítica de todo Hollywood. La revista US Weekly publicó una entrevista en la que un amigo cercano del actor indica que él no quiere ver a su hija, pese a que tiene derecho a estar con ella por 10 días al mes. La razón, cuenta la fuente, es que su pequeña no pertenece a la Cienciología.
“Cada persona puede ver a su hijo si así lo desea. Él ha elegido no hacerlo porque ella no es Cienciólogo”, comentó. El actor de “Misión Imposible”, según detallan varios medios, no se ha acercado a su hija desde el 2013.
Ahora la pequeña Suri es una adolescente de 12 años, que vive con su madre en Nueva York, donde se mudaron tras la separación. Uno de los motivos de distanciarse geográficamente de su padre, también tuvo que ver con la doctrina religiosa que profesa Cruise. Holmes decidió alejar a su hija de la Cienciología, de hecho, estudia en un colegio católico.