La invitada del miércoles a “Pampita Íntima” fue Karina, Princesita. Pero se vivió un angustiante momento cuando Carolina le hizo una pregunta a la cantante que la quebró, y no pudo evitar derramar unas lágrimas.
Todo se originó porque comenzaron recordando el episodio de violencia de género que Karina vivió cuando era chica, y que obligó a su madre a escapar con sus hijos, mientras su esposo dormía, para evitar continuar siendo víctima de golpes y situaciones peores.
“En esos año vos viviste un tiempito con tus abuelos“, precisó Pampita. “Sí -respondió la Princesita-, hubo un tiempo que viví con mis abuelos, y hoy entiendo o calculo que debe haber pasado algo demasiado grave para que nos manden a Santiago del Estero, unos meses a mi hermano y a mi. Pero fueron muy importantes, porque pasaron cosas que hasta el día de hoy yo agradezco que hayan pasado”.
“¿Por ejemplo qué?, insistió Pampita que la escuchaba con atención. “Uy -dijo Karina angustiada-, mi abuelo nos llevó a la iglesia, cuando yo tenía ocho años, la iglesia cristiana, y nos hizo conocer a Jesús. Y si bien yo en mi adolescencia me alejé, igual creo que muchas de las cosas que salgo adelante es porque yo me aferro a Jesús. Y eso se lo debo a mi abuelo”.
Luego Karina continuó: “A mi abuelo yo lo perdí el año pasado, a veces no sé cuando porque no lo quiero aceptar. Pero ese sí fue un hombre ejemplo para mí”. “La figura masculina ¿Te pudiste despedir de él?”
Y en ese momento la Princesita se quebró y dijo: “No. Eso nunca lo hablé todavía. Uy, qué feo. Lo que pasa es que yo creo que a veces la mujer tiene que aprender a quererse más a una misma que al otro. Porque a veces por querer más al otro, dejás de lado cosas que son sumamente importantes. No voy a especificar muy bien pero ese día a mi abuelo de la nada lo internaron y pensé que no iba a pasar nada malo, por eso, por hacer otras cosas, dije ‘mañana voy'”.
Finalmente Karina concluyó, quebrada: “Ese día mi abuelo falleció, era el 1 de julio. Creo que nunca me lo voy a perdonar. Pero aprendí que lo que tiene prioridad, no lo tenés que dejar de lado por nada. Me hubiese encantado abrazarlo y me dijeron que me esperó. Igual yo creo que toda persona que se entrega a Jesús se va al cielo, es mi forma de creer, y sé que él está en paz, y que me dejó la enseñanza más grande que me podía dejar”.