Después de unos días del brutal accidente que sufrió Verónica Lozano en sus vacaciones en Aspen, su amiga Analía Franchín habló por primera vez de lo sucedido, tras haber sido testigo del acontecimiento por ir en la aerosilla con la conductora. “Fue una película de terror”, lamentó.
Franchín, quien acompañaba a Verónica Lozano en la silla junto a una instructora, detalló en diálogo con La Once Diez/Radio de la Ciudad que “estábamos juntas, a un centímetro de distancia. Ella intentó ponerse los bastones debajo de la cola y nunca llegó a sentarse y la silla fue avanzando. La instructora le dijo que se tirara cuando estaba a 30 centímetros del piso. Pero cuando la silla avanzó ya sabíamos que se venía algo horrible y cuando frenó ya estaba como muy alto. Una locura, yo la agarraba con una mano, la instructora con otra”.
“Empezaron los minutos de desesperación, de gritos, con ella colgando. En un momento no aguantó más y ahí cayó”, explicó así. De este modo, la periodista describió que “fue una secuencia de terror. Yo vi cómo cayó, cómo rebotó, fue desesperante. Le preguntamos si estaba bien y dijo que sí con la cabeza. Esto no es un accidente es una negligencia, porque paran a cada rato la silla y la paran cuando no la tienen que parar”.
“Las vacaciones dejaron de ser vacaciones. La pasamos muy mal, Verónica mucho peor que yo. La sensación de que alguien se te va de las manos es terrible, es una película de terror”. “Nadie imaginó que era tanto. Se accidentó, se cayó de la silla, pero no nos esperábamos que fuera tan así”.
Asimismo, Franchín reveló un dato desconocido de lo que sucedió en el medio de la tragedia que no se vio en el video que trascendió del accidente. “Esto no fue un accidente de ski, fue la negligencia de un pelotudo que paran la silla a cada rato y ahora no la paró. Y cuando veo al pelotudo de la colchoneta, fíjense lo agotada que estaría Vero que ve que está viniendo pero igual no aguanta y el pibe la ve que se cae, se da media vuelta y se va, como quien pierde el bondi. Cuando ella se cayó pensaba que se quedaba paralítica, con lo cual lo de los talones es el mal menor”.