Las series surcoreanas se han convertido, en el último tiempo, en un auténtico fenómeno. Prueba de ello es “El Juego del Calamar” y otras exitosas producciones como “La Gloria”, “Woo, una abogada extraordinaria” o “Tribunal de Menores”. Pero este viernes se estrenó en Netflix “Black Night”, una historia distópica que pretende superar a sus antecesoras.
La acción se sitúa en el año 2071 cuando la contaminación del aire ha llegado a su punto más extremo: sólo un 1% de la población sigue con vida y el oxígeno es ahora un bien muy preciado. La gente rara vez sale de sus casas y, cuando lo hacen, usan máscaras de gas. Los ciudadanos dependen en gran medida del servicio de entrega de paquetes para sus necesidades. Los repartidores, conocidos como caballeros, también los protegen de los ladrones.
De día, el legendario repartidor 5-8 arriesga su vida para llevar oxígeno y otros bienes esenciales a las personas. Pero, por la noche, libra una incansable lucha contra el poder corrupto del Grupo Cheonmyeong, la organización que, desde las sombras, lleva las riendas de un mundo devastado.
Ryu Seok, el despiadado heredero de Cheonmyeong, es su acérrimo enemigo, porque su cruel visión del mundo no incluye a los refugiados. Seol-ah, miembro del Comando de Inteligencia de Defensa, advierte que el caos reinante puede descontrolarse en cualquier momento, y Sa-wol, un refugiado con sed de justicia, ansía sumarse a la lucha de 5-8.