El último trimestre está siendo para Netflix mejor de lo que esperaba y ahora, después del éxito de “Dahmer” que todavía continua, llegó “Vigilante”, otra producción de Ryan Murphy pero, en este caso, protagonizado por la premiada Naomi Watts.
En esta miniserie, estrenada en inglés como “The Watcher”, sigue la historia de la familia Brannock, cuya vida cambia por completo después de mudarse a la casa de sus sueños en los suburbios. Sin embargo, lo que en un principio parecía el arranque de la mejor etapa de sus vidas, con rapidez se convierte en un infierno ya que comienzan a recibir amenazantes cartas de alguien que se hace llamar «el Vigilante». Pero esto, es solo el comienzo, porque cada secreto del vecindario que va saliendo a la luz es más siniestro que el anterior. Inspirada en la historia real de la «casa del Vigilante» en Nueva Jersey.
Pero además, hay una historia real detrás de esta miniserie. La familia no se llamaba Brannock, sino Broaddus, y lo único que hizo fue perseguir uno de los estándares del “sueño americano”, el de comprar la clásica casa colonial holandesa en Westfield, Nueva Jersey, a tan solo 45 kilómetros de Manhattan.
Sin embargo, tras adquirirla comenzaron a recibir una serie de cartas aterradoras que advertían que su nuevo hogar y sus hijos pequeños estaban bajo la vigilancia constante de un extraño que conocía detalles íntimos de sus vidas. Tal fue el temor de Derek y María por la seguridad de sus hijos que nunca llegaron a mudarse, y de hecho al venderla perdieron mucho dinero.
Lo más oscuro de todo, no es solo el hecho del acoso en sí, sino el contenido de las cartas. En ellas, El Vigilante decía pertenecer a una saga familiar que llevaba años con los ojos puestos en esa casa y aseguraba que allí se escondían secretos. Sin embargo, esto no cuadraba con las declaraciones de los residentes anteriores, que reconocieron haber recibido sólo una carta justo antes de mudarse y luego vivieron 23 años allí. El misterio de la autoría de las amenazas, aún hoy, sigue sin resolverse.